Cuando me pidan que me describa, voy a dibujar dos orejas gigantes y una boca del tamaño de un punto.
Creo que eso me caracterizaría bien.
miércoles, 6 de noviembre de 2013
lunes, 19 de agosto de 2013
Call to greatness.
Esas tres palabritas que leí en la web de Henry Rollins me volaron tanto la cabeza que estoy considerando tatuármelas. Como "Watch me rise" y "Abandonar no es una opción".
Re que no tengo plata.
Pero planeo. Planeo.
Yo planeo todo.
Soy mandada a hacer para planear cosas.
Y no hacer nada, obvio.
Bueno, igual a partir de este texto que leí de Rollins, algunas cosas comenzaron a cambiar.
No me voy a poner a contar acá de qué se trata específicamente, pero puedo decir que todo ésto me tiene muy motivada.
Peeeeeeeeeero, no todo es tan fácil.
El temita del fantasma rondando cerca suele no dejarme dormir o angustiarme al punto de ponerme a escribir en el blog. Siempre recurro a ésto en casos de desesperación, vaya uno a saber porqué.
Que, bueno, a decir verdad, no me hace falta pensar mucho al respecto.
La respuesta es fácil.
No me escuchan.
Y no es que me esté poniendo en pelotuda, de no saber distinguir entre "no me escuchan" y "sí me escuchan, no me dicen lo que quiero escuchar, no me sirven, por tanto no me escuchan". Superé esa etapa a long time ago.
Ésto es algo con lo que vengo acarreando desde que aprendí a hablar, más o menos.
Pasa por cosas simples como estar contando algo y que me interrumpan.
O que me cambien de tema.
Y como soy tan pero tan pero tan pelotuda, tampoco sé hablar.
No sé cómo actuar tampoco cuando ponen por unos segundos su atención en mi.
A veces siento que hablan tan alto que no me dejan escucharme ni a mi misma.
¿Saben lo horrible que se siente eso?
No, seguramente no. Porque están muy ocupados hablando.
A las dos orejas las tienen al vicio. Con media les alcanza.
Morrissey sabe más de mi que cualquiera de ustedes.
Y este blog.
Que es mi balde de vómitos.
Hoy estoy calmadamente enojada. Si es que eso es posible. Y si no era posible, yo lo hice posible.
Vine acá a escucharme un rato.
Ahora me voy, para dejar respirar a ésto. Porque soy, ante todo, considerada.
Re que no tengo plata.
Pero planeo. Planeo.
Yo planeo todo.
Soy mandada a hacer para planear cosas.
Y no hacer nada, obvio.
Bueno, igual a partir de este texto que leí de Rollins, algunas cosas comenzaron a cambiar.
No me voy a poner a contar acá de qué se trata específicamente, pero puedo decir que todo ésto me tiene muy motivada.
Peeeeeeeeeero, no todo es tan fácil.
El temita del fantasma rondando cerca suele no dejarme dormir o angustiarme al punto de ponerme a escribir en el blog. Siempre recurro a ésto en casos de desesperación, vaya uno a saber porqué.
Que, bueno, a decir verdad, no me hace falta pensar mucho al respecto.
La respuesta es fácil.
No me escuchan.
Y no es que me esté poniendo en pelotuda, de no saber distinguir entre "no me escuchan" y "sí me escuchan, no me dicen lo que quiero escuchar, no me sirven, por tanto no me escuchan". Superé esa etapa a long time ago.
Ésto es algo con lo que vengo acarreando desde que aprendí a hablar, más o menos.
Pasa por cosas simples como estar contando algo y que me interrumpan.
O que me cambien de tema.
Y como soy tan pero tan pero tan pelotuda, tampoco sé hablar.
No sé cómo actuar tampoco cuando ponen por unos segundos su atención en mi.
A veces siento que hablan tan alto que no me dejan escucharme ni a mi misma.
¿Saben lo horrible que se siente eso?
No, seguramente no. Porque están muy ocupados hablando.
A las dos orejas las tienen al vicio. Con media les alcanza.
Morrissey sabe más de mi que cualquiera de ustedes.
Y este blog.
Que es mi balde de vómitos.
Hoy estoy calmadamente enojada. Si es que eso es posible. Y si no era posible, yo lo hice posible.
Vine acá a escucharme un rato.
Ahora me voy, para dejar respirar a ésto. Porque soy, ante todo, considerada.
Others conquered love, but I ran. I sat in my room and I drew up a plan. But plans can fall through as so often they do, and time is against me now.
And there's no one left to blame. Tell me, when will you? When will you accept your life? The one that you hate. For anything is hard to find.
When you will not open your eyes? Everyday you must say how do I feel about my shoes.
They make me awkward and plain. How dearly I would love to kick with the fray. But I once had a dream and it never came true. And time is against me now, time is against me now.
And there's no one left to blame. Tell me, when will you? When will you accept your life? The one that you hate. For anything is hard to find.
When you will not open your eyes? Everyday you must say how do I feel about my shoes.
They make me awkward and plain. How dearly I would love to kick with the fray. But I once had a dream and it never came true. And time is against me now, time is against me now.
martes, 21 de mayo de 2013
Inutilísima.
No recuerdo una anti-historia mejor de contenido incierto. Y alzo el vaso, más vacío que yo: lo elevo hacia el infierno.
Hacía mucho que no pasaba por acá.
Eso sí, me hablo todos los días, quédense tranquilos.
Aunque no me sirve de mucho.
Conozco perfectamente cuál es el núcleo de la maraña pero no estoy haciendo nada para resolverla porque básicamente no tengo ganas.
Soy un manojo de desmotivaciones.
Manojo como las llaves. De esas que agitan y hacen mucho ruido porque tienen 2500 llaveritos y accesorios y giladas.
En mi caso, de ser llave, serviría sólo para hacer ruido. Por el momento. Eso espero.
La función principal no la estaría concretando por el hecho de que no encuentro el agujerito para insertarme.
Hice intentos (no muchos, para serles sincera) en un par, pero no encajo.
Me sobra un cosito, me falta otro, no lo encuentro, me dejo tirada en la mesa porque no sirvo.
Empiezo cosas y no las termino.
No sé si se comprende la gravedad de la situación. Empiezo cosas y no las termino.
Me dejé estar tanto tanto que tengo tantas tantas cosas que quiero hacer, todas de una, que no llego. No me va a alcanzar la vida para la cantidad de cosas que quiero empezar (e intentar no dejarlas por la mitad). Pero las empiezo y no las sigo por lo siguiente, presten atención, tengo mi razón: soy malísima e inutilísima (si es que esa palabra existe, de no existir CANTÉ PRI LA PALABRA ES MÍA) para todo aquello que al primer intento no me sale bien. O como mi cabeza novelera espera.
Entonces la dejo, me hago la superada, acá no pasó nada, sigamos con la vida.
Y después llega la noche.
Qué cosa que tengo con la noche, man.
No sé, podría maquinar así de día también. Digo. Como para darle un descanso a la noche, pobre, que se agota de tanta motivación y ganas de hacer todo.
Che, ¿por qué no vivimos de noche? Y así me convertiré en los días no vividos.
Mi vieja me vive reclamando que de día no existo, que todo lo hago de noche, que eso no sirve. Me la pinta como que si me levantara más temprano, si viviera de día, podría hacer mejor las cosas.
En una de esas tendría que probar.
¿Qué pierdo? Nada, creo.
Eso, voy a ver.
Me voy a dormir unas horitas.
Ah, tengo que cambiar los llaveros, háganme acordar.
Hacía mucho que no pasaba por acá.
Eso sí, me hablo todos los días, quédense tranquilos.
Aunque no me sirve de mucho.
Conozco perfectamente cuál es el núcleo de la maraña pero no estoy haciendo nada para resolverla porque básicamente no tengo ganas.
Soy un manojo de desmotivaciones.
Manojo como las llaves. De esas que agitan y hacen mucho ruido porque tienen 2500 llaveritos y accesorios y giladas.
En mi caso, de ser llave, serviría sólo para hacer ruido. Por el momento. Eso espero.
La función principal no la estaría concretando por el hecho de que no encuentro el agujerito para insertarme.
Hice intentos (no muchos, para serles sincera) en un par, pero no encajo.
Me sobra un cosito, me falta otro, no lo encuentro, me dejo tirada en la mesa porque no sirvo.
Empiezo cosas y no las termino.
No sé si se comprende la gravedad de la situación. Empiezo cosas y no las termino.
Me dejé estar tanto tanto que tengo tantas tantas cosas que quiero hacer, todas de una, que no llego. No me va a alcanzar la vida para la cantidad de cosas que quiero empezar (e intentar no dejarlas por la mitad). Pero las empiezo y no las sigo por lo siguiente, presten atención, tengo mi razón: soy malísima e inutilísima (si es que esa palabra existe, de no existir CANTÉ PRI LA PALABRA ES MÍA) para todo aquello que al primer intento no me sale bien. O como mi cabeza novelera espera.
Entonces la dejo, me hago la superada, acá no pasó nada, sigamos con la vida.
Y después llega la noche.
Qué cosa que tengo con la noche, man.
No sé, podría maquinar así de día también. Digo. Como para darle un descanso a la noche, pobre, que se agota de tanta motivación y ganas de hacer todo.
Che, ¿por qué no vivimos de noche? Y así me convertiré en los días no vividos.
Mi vieja me vive reclamando que de día no existo, que todo lo hago de noche, que eso no sirve. Me la pinta como que si me levantara más temprano, si viviera de día, podría hacer mejor las cosas.
En una de esas tendría que probar.
¿Qué pierdo? Nada, creo.
Eso, voy a ver.
Me voy a dormir unas horitas.
Ah, tengo que cambiar los llaveros, háganme acordar.
Even if I stop wanting you, a perspective pushes true: I'll be some next man's other woman soon.
I shouldn't play myself again! I should just be my own best friend!
Not fuck myself in the head with stupid men.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)